30/8/12

Lydia Davis




Miedo



Prácticamente todas las mañanas, cierta mujer de nuestro barrio sale corriendo de su casa con la cara pálida y el sobretodo flameando. Grita “¡Emergencia, emergencia!”, y uno de nosotros va corriendo y la sostiene hasta que sus miedos se calman. Sabemos que está inventando; no es que de verdad le haya pasado algo. Pero entendemos, porque difícilmente alguno de nosotros no haya sentido alguna vez el impulso de hacer lo que ella acaba de hacer, y cada vez hizo falta toda nuestra fuerza, y hasta la fuerza de nuestros amigos y familias, para tranquilizarnos.





Distraída



El gato lloriquea en la ventana. Está queriendo entrar. Pensás que vivir con un gato y con los requerimientos de un gato te hace pensar en cosas simples, como la necesidad de un gato de entrar a la casa, y lo bueno que es eso. Pensás en esto y estás demasiado ocupada pensándolo como para dejar entrar al gato, así que te olvidás de dejarlo entrar, y sigue lloriqueando en la ventana. Ves que no dejaste entrar al gato, y pensás en lo raro que es que mientras pensabas en las necesidades del gato y lo bueno que es vivir con las necesidades básicas de un gato, no lo hacías entrar sino que seguías dejándolo lloriquear en la ventana. Después mientras pensás en esto y lo raro que es, dejás entrar al gato sin saber que lo estás dejando entrar. Ahora el gato se sube a la mesada y lloriquea porque tiene hambre. Ves que el gato tiene hambre pero no pensás en darle de comer porque estás pensando en lo raro que es que hayas dejado entrar al gato sin saberlo. Después ves que lloriquea de hambre y no le estás dando de comer, y mientras lo ves y pensás que es raro que no lo hayas oído lloriquear, le das comida al gato sin saber que se la estás dando.





The Collected Stories of Lydia Davis (2009)
versión Laura Wittner



Robert Holmgren

























Lydia Davis



Mejorando


Volví a sopapearlo porque estando a upa mío me arrancó los anteojos y los lanzó a la reja del pasillo. Pero no me lo habría hecho si no hubiera estado ya tan enojada. Después de eso lo llevé a dormir.
Abajo, me senté en el sofá a comer y leer una revista. Me quedé ahí dormida una hora. Me desperté con migas en el pecho. Cuando entré al baño, no pude mirarme al espejo. Lavé los platos y volví a sentarme en el living. Antes de irme a dormir me dije que las cosas estaban mejorando. Era verdad: ese día había sido mejor que el día anterior, y el día anterior había sido mejor que casi toda la semana anterior, aunque no mucho mejor.



Cosas perdidas


Están perdidas, pero también no perdidas sino en algún lugar del mundo. La mayoría son pequeñas, aunque dos son más grandes, una un saco y una un perro. De las cosas pequeñas, una es un anillo valioso, una un botón valioso. Están perdidos respecto a mí y al lugar donde estoy, pero al mismo tiempo no desaparecieron. Están en algún otro lado, y están allí para algún otro, tal vez. Pero si no está allí para algún otro, el anillo, de todas maneras, no está perdido para sí mismo sino que sigue allí, sólo que no donde estoy yo, y el botón, también, allí, sólo que no donde estoy yo.



The Collected Stories of Lydia Davis (2009)
versión Laura Wittner


20/8/12

Tony Tost




Algunos no son capaces de hablar por teléfono en una oficina ruidosa o en un aeropuerto, mientras otros pueden hacer una llamada desde cualquier parte. Algunos rompen el teléfono porque les da miedo que suene. Mi hermano le tenía miedo al ferry que nos llevaba a nuestra casa de vacaciones, cuando sonaba la bocina podía arrojarse sobre una espada imaginaria. Durante mi vida, hice no menos de 200.000 observaciones. Por ejemplo, a veces las nubes desaparecen.



Me envió un video describiendo la máquina de abrazar que está desarrollando para satisfacer su necesidad de sentirse sostenido. "Sabés", dice, "no todo tiene que tocarse."



Algunos trenes van a más de trescientos kilómetros por hora sin tocar nunca las vías. Algunas personas insisten en usar pantalones porque no les gusta la sensación de sus piernas tocándose. Los que no soportan hablar pueden con un roce suave insensibilizarse sobre la boca.




Invisible Bride (2004) 
versión patricio grinberg





Tony Tost




Es como despertarse y darle un beso de buenos días al espejo. El reto es encontrar una razón. Una posibilidad es aferrarse a la pelota, quedarse dentro de la cancha, esperando que el tiempo termine. Hay un montón de razones mostrándose alrededor, agitando sus alas, pero casi siempre son razones estúpidas. Ciudades enteras venden su alma por cualquier número de razones, la gente muere por una, tal vez dos razones. Tuve un pollo como mascota. Eco. Era mi pollo favorito. Lo tuve cuando era chico (primer pollo mejor pollo). Esta noche la noche es un tren negro. Una cuchara que me raspa los labios. Esta noche la noche es pez negro. Mataron a mi pollo favorito. Esta noche, la noche es un mes rojo o un mes negro. Es diciembre. Un hombre pasa delante de una puerta tres o cuatro veces hasta darse cuenta de que esa es la salida.



Invisible Bride (2004)
versión patricio grinberg